jueves, 26 de febrero de 2009

Diz días contigo


Él sabía el minuto exacto en que el otro barco pasó cerca y el minuto preciso en que oyó el estallido de los disparos del rifle sobre el agua. Herido y desesperado, se arrojó a las aguas del Golfo y se dirigió hacia la orilla.
El calor era tan intenso que no se podía dormir. Cuando miraba las oscuras olas del océano, Rachel intuía que allí fuera había algo, aunque no lo viera. Entonces él apareció en la orilla, inconsciente. Apenas vivo. Llevaba dos balas en el cuerpo. Impulsada por su instinto, Rachel no llamó a la policía. Su sexto sentido le decía que ella era su única esperanza. Mientras él permanecía inconsciente, ella tenía que decidir el futuro de ambos. Pero alguien quería muerto a aquel hombre. ¿Estaría poniendo su propia vida en peligro por un extraño?.

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